domingo, 29 de marzo de 2009

La primera marcha contra el G20









28/03/2009


Londres, Reino Unido - Las estimaciones se quedaron cortas. Las autoridades británicas habían calculado que alrededor de 10 mil personas saldrían a marchar en contra los causantes de la crisis económica actual. Al final, 35 mil salieron a las calles para unirse al descontento contra los banqueros y sus beneficios multimillonarios. También exigieron medidas contra la pobreza, el cambio climático y el desempleo.

Había organizaciones sindicalistas, marxistas, socialistas, ambientalistas, y de defensa de los derechos de los niños. Asimismo aprovecharon el escenario algunas agrupaciones de apoyo a Cuba y a Venezuela, de rechazo a la situación en Gaza, y aquellas que estaban en contra de la invasión militar en Iraq y en Afganistán. Junto a ellos también marcharon estudiantes, académicos, padres de familia, niños, jóvenes y gente que decidió unirse a la primera manifestación masiva desde que estalló la crisis, porque han vivido de cerca las consecuencias.

La cita era a las 12:00 en Victoria Embankment y había otros puntos cerca del centro de Londres desde donde los interesados podían unirse a la marcha denominada “Put People First”.

Al cruzar las puertas de la estación de metro de Embankment, representantes de las agrupaciones involucradas en la organización de la manifestación repartían cada medio metro folletos, revistas, periódicos gratuitos, pancartas, banderas y cascos. Algunos instalaron mesas y aprovecharon para vender los ejemplares atrasados de sus gacetas.

Acá no hubo vendedores de aguas, chicharrones, frutas, jícamas, gorras e impermeables. Sólo llegaron los vendedores de silbatos que los ofrecían a una libra.

Las autoridades locales cerraron un carril de la calle de Victoria Embankment, junto al Río Támesis, y un listón blanco separaba a los manifestantes de los transeúntes y automovilistas. Autobuses de dos pisos llenos de turistas no dejaron de circular al lado de la marcha y los manifestantes se convirtieron en una atracción más para los visitantes a esta ciudad.

La marcha estuvo encabezada por una manta blanca con la leyenda: “Capitalism isn’t working. Another world is possible”. Detrás de ella, caminaban figuras de tela que representaban a los cuatro jinetes del apocalipsis. Unos metros más atrás, un grupo de tambores amenizaba la marcha. Algunos bailaban como si fuera un carnaval y comenzaron a sonar los silbatos.

Los insultos contra los banqueros salían de los altavoces del grupo de “Los Revolucionarios” y el volumen de sus voces aumentó al pasar frente a Downing Street. Entre ellos había un grupo de españoles provenientes de Zaragoza que lograron colar frases en español y después de los gritos de “Revolution!” le seguían algunos como “Somos anticapitalistas” y “Banqueros hijos de puta”.

Hubo también jóvenes que decidieron “disfrazarse” de banqueros y llegaron vestidos de traje y corbata. Cargaban una botella de champaña cerrada y un puro sin prender en la boca. Provocaban a “Los Revolucionarios” con frases como, “Los pobres son flojos y sólo buscan su beneficio”. En una de las provocaciones, los que iban con “Los Revolucionarios” los comenzaron a perseguir a toda velocidad.

Al otro lado del listón blanco, a unos centímetros de los automóviles, elementos de la Metropolitan Police acompañaron todo el tiempo a los participantes. Por aire, un par de helicópteros estuvieron vigilando la ciudad a lo largo del día.

Ya en Picadilly, alrededor de las 14:00 horas, se comenzaban a ver niños sentados en la acera con cara de aburrimiento y, a través de las ventanas de algunos comercios, se asomaban unos cuantos manifestantes que habían decidido tomarse un descanso antes de continuar.

Esta primera manifestación fue pacífica y concluyó con un par de discursos en la esquina de los oradores de Hyde Park, donde desde 1872 está permitido quejarse de los políticos y de la monarquía británica sin consecuencias legales, y un concierto de The Kooks.

El miércoles inician otra serie de manifestaciones y las autoridades londinenses están advertidas sobre posibles actos de violencia. De acuerdo con medios locales, desplegarán más de 3 mil elementos de seguridad.
Los trabajadores de las zonas financieras de Canary Wharf y la City de Londres han recibido comunicados internos en los que les advierten sobre las protestas y les han sugerido cambiar su vestimenta por una informal mientras dure la reunión del G20.

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jueves, 26 de marzo de 2009

La crisis de cerca

De acuerdo con cifras oficiales, el desempleo en el Reino Unido superó las 2 millones de personas. Esta tasa de desempleo es la más alta desde 1997.

He aquí dos ejemplos de lo que viven millones en estos días.

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El ex reclutador financiero
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Londres, Reino Unido - Vestido con una chamarra verde obscuro con los codos descocidos y el cierre roto, y unos pantalones de mezclilla con parches en las rodillas y con rastros de tierra, Thomas de 34 años presume que hasta hace unos meses su ingreso le daba para pagarse la renta de un departamento cerca de Canary Wharf, la nueva zona financiera de Londres, y cenas en restaurantes de lujo. Lo cuenta después de haber cenado una sopa minestrone con tocino y un pudín de pan en una iglesia metodista que da comidas gratis a los desempleados y a los sin techo del oeste de Londres.

Perdió el empleo hace 6 meses. Llevaba 2 años trabajando como reclutador externo para el sector financiero. Sin ninguna advertencia previa, le pidieron que desocupara su escritorio y le entregaron un sobre con 3 mil libras de liquidación y una carta que explicaba los motivos de su despido.

Desde que la crisis comenzó a empeorar, las contrataciones en el sector financiero disminuyeron significativamente.

“Me daban un porcentaje de los sueldos que conseguíamos para nuestros clientes. Los sueldos que se ofrecían en el sector financiero a veces llegaban a cifras de millones de libras al año”, explica sentado en una silla desvencijada que tomó prestaba de la oficina del pastor de la iglesia.

Ahora duerme en un sofá que le acomodó su hermano en el garaje de su casa y si bien su cuñada le ofreció proveerlo de 3 comidas diarias mientras consiguiera emplearse de nuevo, sólo acepta un té negro con leche y azúcar por la mañana y sale a buscar empleo en el internet gratuito de la biblioteca pública que queda a media hora caminando. Distrae el estómago durante todo el día, se sienta a leer periódicos gratuitos en algún parque que se le cruce en el camino, y al llegar la noche se va a cenar a la iglesia metodista de Hammersmith.

“No me gusta venir a comer comida gratis y formarme en la misma fila con gente que lleva toda su vida durmiendo en las calles. Sé que ese no es mi destino y que pronto conseguiré un trabajo.

“No ha sido nada fácil, ¿sabes? Como mi sueldo base era muy bajo, mi liquidación fue de tan sólo 3 mil libras y la renta que pagábamos era de casi mil libras al mes. Hasta las personas más cercanas, como mi novia, se alejaron de mí y ahora mis mejores amigos están aquí, porque entienden por lo que paso y no me critican”, dice con tono serio.

La mayoría de los comensales del comedor comunitario son hombres mayores y traen bolsas de plástico vacías que llenan de pedazos de pan y de frutas. Del bolsillo derecho de la chamarra verde de Thomas asoma un plátano.

Cuenta que ha aplicado a por lo menos 30 puestos de trabajo desde que está desempleado, pero lo han llamado únicamente para un par de entrevistas. Está desesperado y evita el contacto con antiguos compañeros de trabajo, que de vez en cuando le escriben a su correo gratuito para saber cómo va con la búsqueda.

“No quiero decirles que llevo 6 meses buscando empleo sin éxito alguno”, explica mientras baja la mirada. Se niega a dar su nombre completo y no le ha dicho a nadie cómo es que vuelve sin hambre por las noches a dormir.

Admite que ha comenzado a aplicar a trabajos que no tienen nada que ver con su experiencia como reclutador. Oficios como profesor de matemáticas, mesero y carpintero figuran en la sección de intereses de su curriculum.

Con tal de poder dormir en una cama y poder comer las tres comidas diarias, está dispuesto a empezar desde cero.

“Estoy seguro de que esta crisis es pasajera y que muy pronto podré volver a tener un trabajo estable”, comenta mientras se levanta de la silla y se retira. Pide que no lo contactemos de nuevo. Es un episodio de su vida que no quiere volver a hablar con desconocidos.

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El ex obrero
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Port Talbot, Reino Unido - Geraint relata a diario las peripecias de conseguir un empleo en época de crisis a través de su blog, http://ivebeencreditcrunched.blogspot.com/ .

Al día siguiente de haber sido despedido de su empleo más reciente, decidió iniciar su blog para ocuparse en algo más que cuidar a su hijo de 3 años, limpiar la casa y alimentar a los dos gatos y a los dos peces.

“He trabajado por 16 años con pocas interrupciones, a excepción de cuando me despidieron de Sony hace 3 años. En ese entonces decidí tomarme 6 meses para ayudar a mi esposa en sus últimos meses de embarazo, lo cuál fue maravilloso, pero tuve que volver a trabajar porque se nos terminaba el dinero.

“Conseguí un puesto en Bosch haciendo alternadores, el cuál era un trabajo aburrido, pero el sueldo era bueno, así que pensé que las cosas iban por buen camino. Sin embargo, los mercados globales comenzaron a desacelerarse y pensé que el futuro en Bosch no era seguro, así que me cambié a una empresa llamada Pure Water”, cuenta en el post del 3 de diciembre del 2008.

El día que renunció a Bosch, anunciaron recortes en la producción y creyó que se había salvado de quedar en la fila de los desempleados. Sin embargo, dos meses después, Pure Water despidió a todo el personal que estaba en entrenamiento, como Geraint.

Ahora su esposa Samantha trabaja medio tiempo como mesera en una cafetería de un amigo, pues el seguro de desempleo del Estado no le alcanza para seguir pagando ni la hipoteca, ni la pantalla plana de plasma, ni el reproductor de DVDs, ni el auto, ni ninguno de los lujos que se daban cuando ganaba el doble que sus compañero de la planta por aceptar turnos de 23:00 a 7:00.

La cena de navidad la pagaron los padres de Samantha y desde que perdió su empleo, los visitaban para revisar qué les faltaba en el refrigerador y volvían media hora después con la despensa.

La tercera semana de enero, desocuparon la casa que está hipotecada y se mudaron con los padres de Samantha. Mientras Geraint consigue un nuevo empleo, destinan íntegro el apoyo del gobierno de menos de 300 libras al mes y el sueldo de Samantha para el pago de la hipoteca.

“Es una casa que no queremos perder. Ahorramos tanto para poder dar el primer pago y le hemos invertido tanto tiempo en los arreglos que nos dolería muchísimo tener que entregarla al banco.

“Cuando la compramos, la soñamos como la casa donde crecería mi hijo. Por eso acepté la oferta de dejarla por el momento e irnos con mis suegros. Lo que ahorramos en el pago de luz, agua y gas, lo destinamos al pago de la hipoteca”, explica con una sonrisa algo forzada sentado junto a su hijo que ve la televisión a todo volumen.

Geraint es famoso en Gales, donde estaciones locales como la BBC Wales lo ha entrevistado en unas 3 ocasiones. Su historia ha aparecido también en periódicos locales y en la televisión. Sin embargo, eso no le ha ayudado a conseguir empleo.

Su última entrevista de trabajo la tuvo el pasado 3 de marzo, pero competían con él otros 600 por un solo puesto.

“No estaba destinado para ese puesto”, dice en su blog.

No ha actualizado el blog desde el 9 de marzo de este año. La última vez que se ausentó por varias semanas, explicó que era porque ante tantos rechazos, se había desanimado, pero finalmente decidió volver a escribir. Han pasado ya más de dos semanas sin un nuevo post.

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