viernes, 19 de febrero de 2010

La hipocresía del BNP


El pasado domingo 14 de febrero, el Partido Nacional Británico (BNP por sus siglas en inglés) convocó a una sesión extraordinaria con el fin de modificar sus estatutos y los criterios bajo los cuáles solía aceptar a nuevos miembros. Hasta ese día, el BNP limitaba la posibilidad de membresía a los llamados “indígenas británicos”, o sea, británicos anglosajones.
Desde sus orígenes el BNP ha sido, y probablemente seguirá siendo, un partido racista que se opone a la llegada de nuevos inmigrantes y promueve abiertamente su deportación. Argumenta que los derechos de los británicos originarios han sido arrebatados por los extranjeros que se han establecidos legal e ilegalmente en el Reino Unido.
Ante la crisis económica y la creciente tasa de desempleo, la cantidad de seguidores del BNP ha crecido significativamente en los últimos años.
No somos pocos los británicos y extranjeros que vemos con preocupación cómo, cada vez que hay elecciones, el número de votantes que deciden darle su apoyo al BNP aumenta.
Cuando entrevisté a Simon Darby el pasado 20 de diciembre, me aseguró que tenían alrededor de 7 mil miembros que estaban esperando poder ingresar al partido. Desde septiembre del 2009, cuando la corte civil decidió darle entrada a la demanda de la Comisión de Igualdad y de Derechos Humanos, el BNP tuvo que suspender temporalmente el registro de nuevos miembros. Al considerar que en el Reino Unido, los partidos políticos no obtienen financiamiento público y dependen únicamente de las donaciones financieras de sus seguidores, la solución de éste problema era de primera prioridad para el BNP.
El pasado 28 de enero, la corte civil resolvió en contra de los estatutos del BNP y le dio dos semanas para hacer los ajustes necesarios. Ese mismo día los 14 mil miembros recibieron un correo electrónico en el que les informaban sobre la resolución y fueron convocados a una sesión extraordinaria para votar los cambios requeridos por la corte.
Por más extraña que parezca la idea de que un partido racista como el BNP aceptará con los brazos abiertos a africanos y asiáticos, sólo cinco de los 400 asistentes a la sesión votaron en contra de dejar de ser un “club exclusivo” para británicos blancos.
Tras esta modificación interna, la primera idea que me vino a la cabeza fue:
“No habrá ningún británico no – blanco que corra a inscribirse al BNP”. Pero estaba equivocada.
The Guardian publicó el pasado 11 de enero una entrevista con Rajinder Singh, un indio sij, que se cree será el primer miembro no anglosajón en las filas del BNP. Su justificación es simple: comparte la visión del BNP con respecto a los musulmanes.
Las razones por las que Singh está en contra de los musulmanes son totalmente distintas a las del BNP. Cuando tenía 15 años, su padre fue asesinado como consecuencia de los enfrentamientos entre hindús, musulmanes y sijs que se dieron durante la partición de India en 1947. En lugar de culpar a los británicos que salieron del país dejando un caos detrás de sí, Singh decidió culpar a los musulmanes porque asegura que “el Corán promueve la violencia”.
Por eso, cuando Nick Griffin, líder del BNP, se atrevió a decir en voz alta que los musulmanes eran una amenaza para la sociedad británica, decidió hacerse de la vista gorda con respecto a las demás declaraciones e incluso tomarlas como algo positivo.
Singh está convencido de que la propuesta de entregar dinero en efectivo a los extranjeros a cambio de que vuelvan a sus países de origen es “algo excelente, algo supremo”. Cree que sólo las personas realmente comprometidas con el Reino Unido rechazarían el dinero. 
Tan identificado se sintió con respecto a las declaraciones de Griffin que decidió enviarle cartas de apoyo al líder el BNP. El partido, que históricamente ha sido tachado de racista, no dejó pasar la oportunidad y comenzó a invitar a Singh a actos públicos para mostrar que “eran tolerantes con las minorías”.
Aunque Singh no es tan religioso, accedió a comenzar a utilizar turbante, pues visualmente era mucho más impactante y benéfico para la imagen del BNP.
Singh sabe que su imagen está siendo utilizada con fines políticos pero cree que su presencia ayudará a que el BNP realmente comience a cambiar por dentro.
En un recorrido que hice el pasado diciembre por Barking y Dagenham, municipios al este de Londres donde la mayoría de los concejales son del BNP, escuché comentar a los ultraderechistas que su apoyo en esos municipios no sólo se basaba en los votantes blancos, sino también en los asiáticos. Si bien nunca vi a un hindú o a un sij o a un chino saludar gustosamente a los miembros del BNP, ahora entiendo a qué se referían. No pueden desaprovechar el temor generalizado que existe en contra de los musulmanes y el estereotipo de “terroristas” y “violentos” que se ha difundido en contra de ellos.
Desgraciadamente, en éste momento de la historia, parece que genera menos temor un anglosajón ultraderechista y racista que un musulmán.

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