El pasado 30 de septiembre, The Sun, uno de los tabloides con mayor circulación en el Reino Unido sentenció en su portada: “Labour ’s Lost It”. Después de 12 años de haber otorgado su apoyo a los laboristas, este diario sensacionalista decidió cambiar de bando y respaldar a David Cameron, líder de los Conservadores, como el próximo Primer Ministro británico.
Tras este anuncio, Gordon Brown convocó a una reunión urgente en el número 10 de Downing Street con sus asesores más cercanos. No era para menos. El tabloide se jacta de ser una pieza importante en la definición del rumbo político de este país. Partido que apoya es partido que gana.
A la declaración del diario del grupo News International, propiedad de Rupert Murdoch, le han seguido una serie de notas que han criticado severamente al actual Primer Ministro. El último ataque abierto, - que por su intensidad tuvo incluso consecuencias negativas para el propio The Sun- estuvo relacionado con una carta de condolencia escrita a mano por Brown y que fue enviada a la madre de un soldado fallecido en Afganistán. La portada del pasado lunes 9 de noviembre estaba dedicada a señalar los errores de un texto que estaba lleno de faltas de ortografía y que estaba escrito con una caligrafía ilegible. El dirigente británico no supo siquiera cómo escribir correctamente el nombre del ex combatiente.
Junto a la foto de la madre de Jamie Janes, que con expresión de amargura muestra el retrato de su hijo ataviado con uniforme militar, The Sun publicó la misiva escrita por Brown, marcando con rojo todos los errores y las palabras que no se alcanzaban a entender (aunque por el contexto se asumía lo que querían decir). Al lado de la nota que describía la decepción y enojo de Jacqui Janes, madre del soldado, se publicó también una columna de una especialista en grafología que analizaba la caligrafía del dirigente británico. La grafóloga aseguraba que Brown había escrito las condolencias de manera apresurada, sin pensar mucho en el contenido y que reflejaba un estado de “pánico”.
Las reacciones no se hicieron esperar. La historia fue retomada no únicamente por Sky News, cadena noticiosa propiedad de Murdoch, sino también por la BBC y otros canales de televisión comercial como ITV, Channel 4 y por periódicos de circulación nacional.
Sin embargo, también hubo muchas críticas en contra de este ataque dirigido al líder de los laboristas. De acuerdo con el portal del tabloide y algunas encuestas levantadas por otros medios, los lectores sintieron que The Sun se había excedido. Brown perdió la vista del ojo izquierdo por un accidente que sufrió mientras jugaba rugby de pequeño y ha declarado que le resulta cansado leer o escribir por periodos prolongados. Brown se tuvo que disculpar por haber escrito mal el nombre del soldado y eso generó simpatía en un importante sector de la sociedad.
Si bien no parece que los laboristas estén buscando recuperar el apoyo de Murdoch, en últimas fechas se notan desesperados. Peter Mandelson, el secretario de negocios, denunció públicamente el pasado miércoles 11 de noviembre la existencia de un supuesto contrato firmado entre The Sun y el Partido Conservador. De acuerdo con Mandelson, el tabloide acordó con los conservadores seguir una línea editorial favorable para Cameron, a cambio de concesiones políticas una vez que los Tories lleguen al poder.
Además aseguró que los medios del grupo News International estaban tratando de imponer una agenda informativa propia, obligando a canales como la BBC a cubrir notas sin importancia, como el tema de la carta de Brown. La BBC ha negado que su cobertura esté influenciada por las notas publicadas en The Sun, The Times o Sky News. Algunos analistas de diarios como The Guardian o The Independent, de filiación más bien izquierdista, criticaron las declaraciones del ex representante de la Unión Europea ante la OMC como ilusorias. ¿Qué medio de comunicación serio aceptaría que su agenda está definida por otro medio?
Declaraciones de este tipo hacen pensar en que los laboristas están dando patadas de ahogado. Si bien diarios como The Guardian tienen entre sus editores y reporteros a militantes del Partido Laborista, los laboristas están tan divididos al interior que no han logrado dar una imagen de unidad. Como ejemplo de la ruptura interna se puede recordar la ola de renuncias de ministros que trabajaban con Gordon Brown, tras el escándalo por los gastos excesivos de los parlamentarios con cargo al erario público.
Cabe señalar que la legislación del Reino Unido prohíbe a sus políticos hacer campañas en medios electrónicos. Los partidos pueden comprar espacios en canales de televisión o en emisoras de radio, pero no pueden promover a un candidato. En el caso de los medio impresos, depende de cada periódico o revista apoyar al candidato de su preferencia a través de la cobertura de las campañas.
En un país donde el dinero invertido en las campañas no marca la diferencia, el apoyo de los medios resulta de fundamental importancia para los partidos políticos que compiten por obtener curules en la Cámara de los Comunes.
Pareciera que la abrupta caída del Partido Laborista es imparable. Los espacios que los conservadores no han logrado ganar los están ocupando partidos más pequeños como el Liberal Demócrata o el nacionalista BNP (British National Party por sus siglas en inglés).
Gordon Brown y sus laboristas tienen un cometido ante sí: hacer todo lo posible por mejorar la imagen que los británicos tienen de ellos antes de dejar el poder. Para poder lograr esto, es primordial negociar con los medios de comunicación e intentar salir por lo menos de manera decorosa y no como alguien que se va con la cola entre las patas.
0 comentarios:
Publicar un comentario