lunes, 7 de diciembre de 2009
De Tony, de Fisk y de esas pequeñas ventajas que te da vivir en Londres.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Are we really ready to tackle climate change?
Today was the second time in a week that I read an analogy between the climate change and the holocaust. Articles published in The Guardian and The Independent assured that Churchill warned the world about Hitler and the danger of the Nazi regime, the same way the scientists are alerting us about all the consequences of the global warming. This kind of comparison makes me shiver.
Do not get me wrong. I am not trying to mock or disqualify the climate change and all its side effects. But I do think that the way the media, the politicians and the experts are approaching and explaining this phenomenon, at least in the developed countries, does not seem appropriate. To name a far away and small island like Maldives to tell us that it could disappear if the temperature keeps going up; or to show us images of an Central American or Asian country with people climbing onto the ceiling of their houses to avoid the current of a huge river that was created by a non stopping rain; or to tell us that the glaciers in the Antarctic are melting does not really makes us feel like it could affect our everyday life.
Yes, when we watch the news we may think: “God that is bad! People from poor countries are really suffering due to the climate change”. But as soon as we switch the TV off, we are thinking about what to do during the weekend, or about the stressful episode that we had at work. Why? Because it seems like it has nothing to do with us and our way of life.
The truth is, not even in countries such as Mexico, where I was born and raised, people think that the increasing intensity of the hurricanes or the lack of water in the northern states are there as a result of an environmental event like global warming.
Since few months ago, major newspapers started to publish articles about how the world leaders are promising certain kind of actions to avoid that the Earth’s temperature increases by 2 degrees Celsius. The TV channels broadcast everyday an expert to explain how devastating the effects could be if we do nothing.
We hear the lists of good wishes that dignitaries such as Obama, Brown and Hu Jintao present and promise to implement to diminish the CO2 emissions in the world. But then, everything stops there. I might be wrong (and I am really wishing I am) but, very few of us actually hear our bosses warning us that we will have to think about how to be more efficient with the way we consume electricity or gas, because we need to contribute to tackle global warming. At least in my office, that does not happen. We hardly even recycle our rubbish (!).
I do believe climate change is a real threat and I do believe that we need to do something about it. But let’s not look outside us to see what the big industries or developing countries can do to solve it.
The idea of emissions trading seems like a creative solution, but at the same time, it looks like an easy way to let the developed countries generate as much CO2 as they want. If you want me to be openly critical, I cannot help to think that it is a nice way to help Europe and US to feel less guilty about the problem.
Why don’t we just say that if we keep using our cars as much as we do currently, or if we continue being careless about the amount of energy we use, the kind of floods Cumbria had few weeks ago will happen all over the UK and will occur more and more frequently? Not only we will have to see our houses and roads destroyed, we will also probably have to pay more taxes in order to fix all the damages that insurance companies would not want to pay anymore. And this is just a very small part of it.
If we really want people to think about climate change and realize how important it is to achieve an agreement in Copenhagen next week, we need to make them feel really threaten by the consequences of a generalized increase in the temperature of the planet. Sure, it is important for our leaders to agree on common actions, but if the normal people, the people who actually consume energy and maintain a way of life that is costing all of us too much, do not change the way of acting, it will take longer for the whole process to be completed.
lunes, 30 de noviembre de 2009
¿Quién votó por el BNP?
*El debate sobre quiénes son realmente los “indígenas británicos” es también un tema polémico. Sobre todo si tomamos en cuenta que esta isla ha sufrido invasiones de romanos, vikingos, y sajones, entre otros, a los largo de su historia.
Fuentes:
http://news.bbc.co.uk/1/hi/uk/8089142.stm
http://www2.politicalbetting.com/index.php/archives/2009/10/22/what-do-we-know-about-bnp-voters/
http://www.channel4.com/news/articles/politics/domestic_politics/who+voted+bnp+and+why/3200557
http://news.bbc.co.uk/1/hi/8319635.stm Leia Mais…
martes, 17 de noviembre de 2009
¿Puede un tabloide definir el futuro político de los británicos?
lunes, 16 de noviembre de 2009
El Reino Unido y la Unión Europea
Si bien el Reino Unido es parte de los miembros antiguos de esta agrupación de Estados, en su momento llevó a cabo esfuerzos por generar un contrapeso político y económico con la creación de la Asociación Europea de Libre Comercio. A pesar de esto, la AELC tuvo poco éxito y finalmente en 1973 decidió unirse a lo que en ese entonces se conocía como la Comunidad Económica Europea.
En realidad, nunca han cesado las voces en contra de la membresía del Reino Unido a la Unión Europea ni las opiniones de aquellos que piden un papel mucho más activo en la determinación de las políticas del continente.
Con la ratificación del Tratado de Lisboa y la inminente llegada del Partido Conservador al poder, se abrió de nuevo la puerta al debate sobre el papel que los británicos juegan en esta asociación del países.
David Cameron, actual líder de los conservadores, había prometido llevar a cabo un referendum sobre el Tratado de Lisboa, en caso de que este acuerdo siguiera en proceso de ratificación cuando él llegara al poder. El pasado 3 de noviembre, con la ratificación por parte de la República Checa, el Tratado de Lisboa entró en vigor, y Cameron tuvo que salir a anunciar en cadena nacional que no convocaría a ningún referendum.
En su discurso se pronunció por recuperar la soberanía británica, que de acuerdo con los conservadores, se perdió desde la época de Blair.
Este debate sobre la soberanía perdida y las opiniones de los conservadores sobre cómo el Reino Unido ha dado demasiado a la UE sin recibir poco o nada a cambio no es algo nuevo.
En 1984, cuando se estaba definiendo la Política Agrícola Común (CAP por sus siglas en inglés), Margaret Thatcher presionó para que el monto que los británicos asignarían a un fondo agrícola común fuera menor al de Francia, ya que la cantidad que recibiría de vuelta iba a ser menor a la que estaba entregando. Los ingenieros que diseñaron el sistema de distribución de recursos aseguraban que el Reino Unido no podía recibir más que Francia dada la extensión dedicada a la agricultura en territorio británico.
Así, los conservadores han mantenido una política de reticencia hacia la Unión Europea en estos 36 años. Si bien los laboristas tampoco han logrado una participación mucho más activa del Reino Unido en esta agrupación, pese a la importancia política y económica de la isla, caminar en dirección contraria a las tendencias que ha marcado la evolución histórica de la UE sería un retroceso que iría en detrimento del propio Reino Unido.
De acuerdo con reportes del Banco Central Europeo y algunas otras firmas de consultoría financiera, la recuperación de Francia y Alemania ayudará a que el resto de las economías integradas a la moneda común avancen hacia la misma dirección. Por su parte, la economía del Reino Unido sigue sin dar señales de recuperación. Los encabezados de la semana pasada indicaban que la economía británica había dejado de perder empleos, pero no se hablaba tampoco de la creación de nuevos. Los anuncios de despidos masivos de bancos como Lloyds (que despedirá a 10 mil) y de HSBC (que eliminará más de 1500 puestos) no son señales alentadoras para el futuro de este país.
Al parecer la llegada de los conservadores es inevitable y de acuerdo con los resultados de las elecciones locales y para el Parlamento Europeo que se llevaron el pasado junio, los laboristas podrían perder una cantidad importante de curules. Será interesante ver cómo se va perfilando la política exterior británica con respecto a Europa, una vez los conservadores lleguen al poder. Aunque al parecer, no habrá nada nuevo en el horizonte.
martes, 29 de septiembre de 2009
3 años
martes, 25 de agosto de 2009
¿Qué hay detrás de la liberación de Abdelbaset Ali al-Megrahi?
¿Qué es lo que realmente motivó a las autoridades escocesas a liberar a Abdekbaset Ali al-Megrahi el pasado 20 de agosto?
Por las consecuencias diplomáticas y las severas críticas que llueven de todas partes, parecería que el precio que están pagando las autoridades escocesas y las británicas a nivel nacional e internacional es demasiado alto.
Todo indica que la liberación del ex oficial del Servicio de Inteligencia Libio se venía preparando desde noviembre del 2008. En un comunicado publicado el 17 de noviembre del 2008, la Oficina de la Commonwealth anunció que entre otros acuerdos en materia judicial, el Reino Unido y Libia firmarían un Acuerdo de Transferencia de Prisioneros.
De acuerdo con medios como The Guardian y The Independent, Kenny MacAskill, Secretario de Justicia del Gobierno escocés, "pidió permiso" a Estados Unidos, a través de su embajada en Londres, para liberar al único reponsable por la explosión de la aeronave. A esta petición, la representación diplomática respondió que si bien estaban en contra de enviar a al-Megrahi de vuelta a Libia, en caso de que se decidiera liberarlo, era mucho más conveniente hacerlo por motivos humanitarios (compassionate release) que hacer uso del Acuerdo de Transferencia de Prisioneros para extraditarlo a una prisión libia.
El Primer Ministro británico, Gordon Brown, se ha abstenido de dar su opinión respecto a la liberación de al-Megrahi. Hoy, por primera vez habló sobre el caso y dijo estar muy molesto por el recibimiento que se le dio al libio por parte del General Gaddafi, pero no comentó nada sobre la decisión de los escoceses.
Varios columnistas y editorialistas de medio británicos han sugerido que el regreso de al-Megrahi a Libia en época del Ramadán, fue negociado tras bambalinas entre el Reino Unido y Libia y que Escocia ha sido sólo un chivo expiatorio. De acuerdo con la BBC, el Reino Unido firmó recientemente contratos multimillonarios con Libia en materia de energética.
¿Qué beneficios sacó Escocia de este embrollo en el que se metió?
Si bien Gordon Brown no se ha expresado a favor de la liberación, no ha salido tampoco a la defensa de quién tal vez le hizo el trabajo sucio.
A diferencia de las familias estadounidenses de los fallecidos en el atentado, varios de los familiares de las víctimas británicas no están del todo convencidas de que al-Megrahi o Libia hayan sido responsables de los atentados.
A pesar de esto, la crisis política en Escocia ha llegado a niveles tales que el Secretario de Justicia ha sido convocado al comparecer ante el parlamento escocés para explicar su decisión.
¿Realmente valió la pena?
domingo, 14 de junio de 2009
Lecciones de campaña
Dado que en México se llevarán a cabo elecciones federales y locales el próximo 5 de julio, me pareció relevante resaltar algunos aspectos que tuve la oportunidad de obervar de cerca durante la campaña del candidato conservador Henry Smith.
--Los costos de campaña--
Unas las primeras cosas que llamaron mi atención fue el bajo costo de las campañas políticas. En el Reino Unido, el presupuesto de una campaña electoral a nivel de condado está limitado a 600 libras más 5 centavos de libra por elector. Es decir, poco más de 12 mil pesos más un peso por elector. La idea es que los candidatos de los condados más grandes puedan gastar más que los condados más pequeños.
viernes, 22 de mayo de 2009
Crisis en las orillas del Támesis
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lunes, 4 de mayo de 2009
De la influenza y peores males
El especialista, por supuesto, no supo qué responder y dio razones vagas e imprecisas y dijo que no quedaba claro si las condiciones de la Ciudad de México hacían al virus más agresivo. Que al final y al cabo al ser una nueva cepa, no se sabía bien cómo actuaba.
Lo que tampoco sabíamos, aunque de alguna manera lo intuíamos, era qué tan ineficientes y negligentes habían sido las autoridades sanitarias mexicanas en el manejo de esta crisis.
Conforme pasan los días se van destapando hechos que dan respuesta a las preguntas que hacía ese día la presentadora de la BBC y que los periodistas en México hicieron al Secretario de Salud, José Ángel Córdova en una conferencia de prensa que tuve la oportunidad de seguir por internet. ¿Por qué se muere tanta gente en México a consecuencia de la influenza porcina?
De acuerdo con notas publicadas por Reforma y por El País, el personal de los hospitales públicos en México se negó a atender a los pacientes que se presentaban con cuadros clínicos con evidencia de contagio con el virus A/H1N1.
En una nota publicada por Margarita Vega en la sección Nacional de Reforma, el pasado 27 de abril, un residente de la especialidad de Urgencias se quejaba amargamente de la gente que iba al hospital a revisarse, a pesar de que muchos de ellos tenían sólo “una simple gripa”.
Me imagino perfectamente la actitud déspota de las enfermeras que se negaron a tratar a Óscar, el niño de 5 años 7 meses, que según Pablo Ordaz de El País falleció por negligencia del personal de la clínica 11 del Seguro Social.
Las fotos que aparecen de la Ciudad de México desierta y sus habitantes ataviados con los tapabocas azules hacen pensar en una epidemia mortal incontrolable. A mi parecer, en el fondo toda esta gente que sale con su tapabocas azul, incluidas mí hermana y mi sobrina, se cubren no sólo por miedo al virus, sino también porque saben que en caso de ser contagiados con el A/H1N1 existe la posibilidad de caer en manos de algún negligente que no querrá tratarlos adecuadamente. Si no cuentan con los recursos para acudir a un hospital privado, esa posibilidad aumenta sustancialmente.
Mi prima me preguntó hace unas horas si en Londres también estábamos todos cubiertos con tapabocas para evitar un posible contagio. No. En Londres nadie trae tapabocas ni está paranoicamente lavándose las manos cada 3 minutos ni evitando saludar de beso o de mano. Por experiencia personal puedo decir que el sistema de salud en Londres no es el mejor que he conocido, pero tampoco deja ir a las personas sin antes hacerles numerosos exámenes y asegurarse de que el paciente en efecto no sufre más que de una “simple gripa”.
Las crisis ponen a prueba a los países y su capacidad de dar respuesta a las situaciones de emergencia. En México nos hemos acostumbrado a las malas respuestas que el Gobierno da ante las crisis económicas y políticas, pero no estábamos seguros de cómo reaccionarían ante una crisis sanitaria. Lamentablemente, ahora sabemos que su respuesta no ha sido mejor.
domingo, 3 de mayo de 2009
La Biblioteca Viviente
Esta no es una biblioteca común y corriente, con libros de Dostoievski, García Márquez, o Cervantes en sus estantes. El objetivo tampoco es promover la lectura entre los asistentes. La Biblioteca Viviente, que fue creada en el 2000, trata de impulsar la eliminación de estereotipos y prejuicios. Por eso, ofrece a préstamo a los representantes de grupos minoritarios.
Las reglas son simples: escoger del catálogo el “libro” que se desee consultar y sentarse con él a platicar por un máximo de 20 minutos. No hay reglas en cuanto al tipo de preguntas que se pueden hacer. La idea es preguntar todo lo que se desee con el fin de ofrecer información de primera mano sobre personas que son consideradas “raras” por la sociedad.
Este concepto se originó en Copenhague, Dinamarca. Tras haber sido testigos de un ataque de violencia contra un amigo, que fue motivado por cuestiones raciales, Dany Abergel, Asma Mouna, Christoffer Erichsen, Thomas Bertelsen y Ronni Abergel decidieron idear algo que ayudara a acabar con las creencias preconcebidas que tiene la gente sobre los miembros de grupos minoritarios.
Después de analizar las posibles causas de la existencia de los prejuicios y los estereotipos, concluyeron que la ignorancia juega un papel importante y decidieron tratar de acabar con ella a través del ofrecimiento de oportunidades para platicar directamente con las personas “diferentes”.
La primera Biblioteca Viviente de la historia fue instalada en el año 2000 como parte del Festival de Música de Roskilde de Dinamarca, con una lista de 75 “libros”. Desde ese entonces, se han instalado ya más de 120 Bibliotecas Vivientes alrededor del mundo incluyendo a países como Estados Unidos, Japón, Alemania, Finlandia, Suecia, Noruega, Hungría, España, Australia, Gran Bretaña, Canadá, entre otros.
Una de las muchas versiones de la Biblioteca Viviente fue instalada en octubre del año pasado en la segunda ciudad más grande de Finlandia: Tampere. Los organizadores aprovecharon el Festival de Malabares y Payasos que se llevó a cabo en esta ciudad, y decidieron instalarse en uno de los salones de la escuela que fue anfitriona del festival.
Entre sus libros, estaban Mustafá, inmigrante turco de 43 años y Mina, una chica lesbiana de 19 años que hace poco había decidido salir del clóset.
Mustafá
Mustafá llegó a Finlandia en la década de los 80, cuando las empresas de comunicación celular comenzaban a crecer en los países escandinavos. En Turquía, leyó en los clasificados de un periódico que estaban solicitando mano de obra para las fábricas de los teléfonos móviles de Finlandia. Un par de meses después, decidió dejar su país en busca de mejores ingresos y oportunidades de crecimiento profesional.
“En esa época daban las visas de residentes mucho más fácil que ahora y como requerían de mano de obra calificada y barata, la visa me la dieron rápidamente. Desde ese entonces soy residente legal”, explicó con un tono formal mientras se acomodaba la corbata de su traje verde que utiliza para ocasiones especiales.
Decidió participar en esta versión de la Biblioteca Viviente, pues había notado que la discriminación contra los musulmanes ha aumentado sustancialmente desde los ataques terroristas del 11 de septiembre.
“Siento que aún en ciudades como Tampere, donde desde hace varias décadas vive población árabe y musulmana, la gente se te queda viendo en la calle con una mirada como de miedo.
“Yo estoy casado con una mujer finlandesa que decidió convertirse al Islam, por lo que se podría decir que me he adaptado muy bien a la sociedad. Pero no puedo evitar notar que hay mucho desconocimiento ante nuestra gente y nuestra religión”, detalló.
Durante su participación como libro, tuvo que responder a preguntas como: “¿Es cierto que todos los musulmanes son terroristas en potencia?” o escuchar afirmaciones de niños que le comentaron sin tapujos que les daba miedo que los musulmanes que iban por las calles trajeran bombas en sus portafolios.
Ninguno de estos comentarios cambió el semblante tranquilo de Mustafá.
“Estoy acostumbrado a escuchar este tipo de cosas. Pero por eso estoy aquí, para que un musulmán les puedan explicar que nuestra religión es tan respetuosa como las demás y que los terroristas son sólo unos pocos radicales que no nos representan en absoluto”, afirmó.
Mina
Su decisión de salir del clóset no fue fácil. Tuvo que pensarlo 4 años antes de confesárselo a sus padres y a sus amigos más cercanos. A su abuelita no piensa decírselo nunca.
“Cada vez que me pregunta por qué es que no he tenido novio, le digo que sí he tenido pero que no me gusta llevarlos a casa”, comentó.
Contó que cuando decidió confesar sus preferencias sexuales a sus padres, le sorprendió la manera tan tranquila con la que lo tomaron. Pero también le sorprendió que cuando le platicó a sus amigas más cercanas, dos de ellas decidieron dejar de dirigirle la palabra.
Detalles como estos fueron los que tuvo que contar una y otra vez cuando la pedían prestada niños de 10 a 12 años acompañados por sus padres, y cuando un chico homosexual le pidió su consejo sobre la mejor manera de comunicar a sus padres sobre sus preferencias sexuales.
“Creo que es importante que la gente tenga la oportunidad de preguntarme sobre lo que se le ocurra, porque así la próxima vez que conozcan a una lesbiana, en lugar de pensar en todos los estereotipos negativos que se nos atribuyen, recordarán que en realidad somos como cualquier otra persona”, señaló cansada, pues fue uno de los libro más solicitados.
Esta no fue la primera vez que Mina participaba en una Biblioteca Viviente. También se ofreció como voluntaria en la Biblioteca que se instaló el año pasado en Helsinki.
http://living-library.org/index.html
jueves, 2 de abril de 2009
Las manifestaciones en la City de Londres





La mayoría de los trabajadores de esta zona de la ciudad, habían decidido hacer caso a las recomendaciones de la Policía Metropolitana, que desde un par de semanas antes había sugerido acudir al trabajo con vestimenta informal. Así evitarían ser atacados por los manifestantes que amenazaban con “colgar a los banqueros de los postes”.
En lugar de los trajes, las calles de la City se inundaron de chaquetas de color amarillo fosforescente de los elementos de la Policía Metropolitana de Londres. Alrededor de las 8:00 horas, las entradas de las estaciones de metro de Liverpool Street, Moorgate, Cannon Street y London Bridge estaban vigiladas por grupos de 5 a 10 policías y frente a las puertas de las oficinas corporativas de bancos como el Royal Bank of Scotland, HSBC, NatWest y Abbey se habían instalado vallas metálicas. Los empleados no podían acceder a los edificios sin mostrar su identificación. Además, cada 10 o 15 metros, había una fila de más de 10 elementos policiacos parados sobre la acera vigilando a los transeúntes, tomando fotos a cualquiera que pareciera “sospechoso” y un helicóptero sobrevolaba los alrededores.
Los autobuses que normalmente llegaban repletos de oficinistas estaban vacíos, pues además de las recomendaciones sobre la vestimenta, muchas empresas pidieron a sus empleados salir más temprano de sus casas para evitar quedarse atorados en el tráfico que provocarían los dispositivos de seguridad.
Algunos comercios ubicados sobre las calles que formaban parte de la ruta de las manifestaciones, como tiendas de teléfonos móviles y ópticas, sellaron las ventanas y las puertas de los establecimientos con tablas de madera. La noche anterior, los basureros negros de metal que normalmente se encuentran en cada esquina habían sido retirados. No sólo había que cuidarse de los que vendrían a protestar. También había que evitar ataques terroristas.
A los alrededores del Banco de Inglaterra, la cantidad de policías era notablemente mayor. En todos los cruces peatonales había por lo menos 5 policías y en la azotea del Banco de Inglaterra deambulaban hombres con chalecos amarillo fosforescente que cargaban walkie talkies en la mano.
Las protestas
Los manifestantes comenzaron a arribar a los puntos de encuentro alrededor de las 11:00 horas. Los que quisieran protestar en contra de las Guerras en Iraq y Afganistán partirían de la estación de Moorgate; los que estuvieran en contra de la política ambiental, desde Liverpool Street; los que desearan levantar la voz contra los “crímenes financieros” desde London Bridge y los que quisieran conmemorar el 360 aniversario de la creación de los Diggers, una organización que buscaba justicia para las comunidades agrarias en el siglo 17, arrancarían desde Cannon Street.
Junto con los participantes de las protestas, llegaron camarógrafos, fotógrafos y reporteros. Desde las 9:00, los representantes de los medios de comuncación se comenzaron a instalar frente a las estaciones de metro desde donde partirían los protestantes y algunos fotógrafos se subieron a las estatuas y monumentos para sacar desde ahí sus fotos.
Los estudiantes universitarios como Toby de 23 años, Sophie de 21 y Claire de 28 años se sentaron en las escaleras de la salida de Bishop’s Gate de la estación de Liverpool Street a esperar que empezara a llegar más gente. Tomaron el tren la noche anterior desde Devon, una región al sur de Inglaterra, y llegaron la madrugada del miércoles a Londres. Toby traía la cara pintada con líneas azules alrededor de sus ojos, como formando dos cruces.
“Es para que sobresalga entre los demás manifestantes. Quiero que quede constancia de que estuve aquí, protestando en contra de las políticas ambientales que son poco realistas”, decía tranquilo, mientras voletaba a ver a sus dos compañeras.
“La mayoría venimos en paz y no tenemos la intención de pelear con policías o linchar banqueros”, explicó Claire, mientras se acomodaba sus rastas color rosa, azul, amarillo y verde.
En London Bridge, la cantidad de manifestantes que llegaron era mucho mayor que en Liverpool Street, Cannon Street y Moorgate, y para las 11:15, era imposible pasar sin chocar con la gente. Entre los que se habían dado cita frente a esta estación, estaban “Los Anarquistas”, vestidos todos de negro y con el rostro tapado con bufandas. Sólo sus ojos estaban destapados.
De acuerdo con los diarios británicos y londinenses, tras una rigurosa investigación que incluía el monitoreo de páginas de redes sociales como Facebook y Twitter, la Metropolitan Police había detectado que “Los Anarquistas” tenían intenciones de realizar actos violentos, como ataques contra las instalaciones bancarias y elementos policiacos.
Las participantes comenzaron a avanzar alrededor de las 11:30 desde los cuatro puntos, mientras gritaban consignas contra los banqueros y los líderes del G20 que se reunirían al día siguiente en el centro de exposiciones Excel, al sureste de la ciudad.
Los cuatro grupos comenzaron a llegar alrededor del mediodía frente a las instalaciones del Banco de Inglaterra. La gente bailaba y cantaba y caminaba cargando pancartas con sus demandas.
Trabajadores de la City se asomaban desde las ventanas de los edificios y algunos decidieron salir a las calles a observar.
Para Daria de 27 años, ex empleada de Lehman Brothers que tras ser despedida consiguió trabajo en una firma de corredores de bolsa, la mayoría de los que protestaban eran “hippies y gente que decidió tomarse el día libre de sus trabajos para pasarla bien”.
“Ellos gritan y gritan que los banqueros y los trabajadores de las empresas financieras han provocado la crisis. No niego que sea cierto, y por lo mismo no estoy en contra de las protestas, pero lo que no se ponen a pensar es que nosotros fuimos los primeros en sufrir las consecuencias.
“El año pasado yo trabajaba en Lehman Brothers como analista financiera y en cuanto la empresa se declaró en quiebra, fui despedida y me tuve que dar a la tarea de buscar trabajo”, contaba mientras fumaba un cigarrillo y observaba con los brazos cruzados a los manifestantes.
Otros, como Chris de 25 años, decidieron venir sólo a ver y a tomar fotos.
“Yo no trabajo en la City. Soy médico y mi despacho está en Picadilly. Vine a ver la marcha, porque creo que es algo histórico y no me lo podía perder. Además, me gusta la fotografía, así que estoy viendo qué fotos interesantes puedo tomar.
“Yo sí creo que esto puede ponerse violento. En cuanto la gente comience a darse de empujones con los policías, yo me voy”, cometaba mientras miraba desde atrás de la valla humana que empezaban a formar los elementos policiacos.
Los enfrentamientos
Alrededor de las 12:10, los policías avisaron a algunos representantes de los medios de comunicación y a la gente que estaba cerca de ellos que, si querían salir de la zona en la que estaban congregados los manifestantes, tenían que hacerlo ya. Cinco minutos después, las camionetas que estaban estacionadas en las calles que rodeaban la zona del Banco de Inglaterra comenzaron a moverse, y los elementos anti – disturbios descendieron de ellas.
A los pocos minutos, empezaron los gritos.
“¡Move, move, move!”, decían los uniformados que formaban filas en las calles para impedir el paso de los manifestantes, de los curiosos y de los periodistas.
Al principio, los policías que estaban caminando entre la gente se sorprendieron ante los gritos de sus compañeros, pero poco a poco se movieron hacia donde estaban sus colegas. En menos de cinco minutos, todas las calles por las que se podía caminar hacia el Banco de Inglaterra estaban bloqueadas por filas de chaquetas amarillas.
Los empleados de la zona, que habían bajado a ver la marcha, se mostraban nerviosos por el encierro.
“Necesito volver a mi trabajo, déjeme pasar, yo no vine a protestar”, decía una mujer que cargaba un vaso con café y un sándwich a medio comer. Le pidieron la identificación de la empresa en la que laboraba y después de revisarla, le permitieron salir.
Aprovechando el hueco que se había abierto, varios trabajadores abandonaron el cerco, hasta que de nuevo, se cerraron las filas y se prohibió la salida de cualquiera que no portara una identificación demostrando que trabajaba en la City.
Cada 10 minutos, se escuchaba un grito generalizado de “¡Move!” y los policías daban un paso hacia delante. Cuando una mujer mayor, que traía colgada una pancarta pidiendo acciones contra el cambio climático, se acercó a un uniformado para pedirle que la dejara salir, recibió un empujón y un, “You can not go out”. Extrañada por el trato, pero sin ganas de seguir insistiendo, decidió caminar hacia donde estaban congregados los demás.
Cada vez el cordón humano que habían formado los elementos de seguridad se acercaba más a los que habían acudido a la marcha.
No todos reaccionaron pacíficamente a esta estrategia conocida como “kettle” que consiste en el arrinconamiento de los manifestantes y que, de acuerdo con los medios británicos, ha sido utilizada por la Policía Metropolitana en manifestaciones anteriores.
Miembros del grupo autodenominado como “Los Anarquista”, se resistieron a alejarse de los policías que arrinconaban a los manifestantes y recibieron macanazos.
“Como puedes ver, me dieron un golpe en la nariz y me rompieron un diente”, explicaba Thomas de 19 años a una reportera que le preguntaba qué le había pasado.
“Creo que me rompieron la nariz. Cuando acabe todo esto, iré al hospital. Lo peor de todo es que no hicimos nada. Sólo nos paramos cerca de ellos. Yo tenía las manos levantadas en señal de paz, y me gané unos macanazos. Hay otros que andan por ahí y que traen sangrada la frente y la cara. Ni siquiera nos dejan salir para ir a limpiarnos”, decía con un tono de resignación.
Las calles estuvieron bloqueadas alrededor de 4 horas, y ante la imposibilidad de utilizar sanitarios, unos cuantos decidieron orinar en las puertas del Banco de Inglaterra y en las escaleras que conectaban con la estación del metro de Bank, cuyas puertas estaban también cerradas.
Aprovechando el clima cálido y soleado, algunas mujeres decidieron quitarse sus blusas y se acostaron a tomar el sol en sostén. Otros, se pusieron a bailar al son de música latina que salía de las bocinas que había instalado el grupo de los ambientalistas. Otros, prendieron churros de mariguana.
Con mensajes de texto a teléfonos móviles, algunos recibían noticias de lo que estaba pasando fuera del cordón policial. Fue así como se enteraron de que, un grupo de manifestantes que se había quedado cerca de la estación de Liverpool Street, había destruido las instalaciones de una de las sucursales del Royal Bank of Scotland.
Alrededor de las 16:00 horas, el encierro terminó. Comenzaron a dispersarse los policías que estaban bloqueando algunas calles y la mayoría decidió volver a sus casas. Algunos se metieron a los baños de los McDonalds para irse a lavar las heridas.
El jueves, la City estaba otra vez llena de hombres con corbata y traje, y mujeres ataviadas con tacones, faldas y sacos. Las calles lucían igual que cualquier otro día. Para muchos, las manifestaciones del día anterior, fueron sólo un motivo de distracción y un buen pretexto para poder trabajar con pantalones de mezclilla.
domingo, 29 de marzo de 2009
La primera marcha contra el G20

28/03/2009
Había organizaciones sindicalistas, marxistas, socialistas, ambientalistas, y de defensa de los derechos de los niños. Asimismo aprovecharon el escenario algunas agrupaciones de apoyo a Cuba y a Venezuela, de rechazo a la situación en Gaza, y aquellas que estaban en contra de la invasión militar en Iraq y en Afganistán. Junto a ellos también marcharon estudiantes, académicos, padres de familia, niños, jóvenes y gente que decidió unirse a la primera manifestación masiva desde que estalló la crisis, porque han vivido de cerca las consecuencias.
La cita era a las 12:00 en Victoria Embankment y había otros puntos cerca del centro de Londres desde donde los interesados podían unirse a la marcha denominada “Put People First”.
Al cruzar las puertas de la estación de metro de Embankment, representantes de las agrupaciones involucradas en la organización de la manifestación repartían cada medio metro folletos, revistas, periódicos gratuitos, pancartas, banderas y cascos. Algunos instalaron mesas y aprovecharon para vender los ejemplares atrasados de sus gacetas.
Acá no hubo vendedores de aguas, chicharrones, frutas, jícamas, gorras e impermeables. Sólo llegaron los vendedores de silbatos que los ofrecían a una libra.
Las autoridades locales cerraron un carril de la calle de Victoria Embankment, junto al Río Támesis, y un listón blanco separaba a los manifestantes de los transeúntes y automovilistas. Autobuses de dos pisos llenos de turistas no dejaron de circular al lado de la marcha y los manifestantes se convirtieron en una atracción más para los visitantes a esta ciudad.
La marcha estuvo encabezada por una manta blanca con la leyenda: “Capitalism isn’t working. Another world is possible”. Detrás de ella, caminaban figuras de tela que representaban a los cuatro jinetes del apocalipsis. Unos metros más atrás, un grupo de tambores amenizaba la marcha. Algunos bailaban como si fuera un carnaval y comenzaron a sonar los silbatos.
Los insultos contra los banqueros salían de los altavoces del grupo de “Los Revolucionarios” y el volumen de sus voces aumentó al pasar frente a Downing Street. Entre ellos había un grupo de españoles provenientes de Zaragoza que lograron colar frases en español y después de los gritos de “Revolution!” le seguían algunos como “Somos anticapitalistas” y “Banqueros hijos de puta”.
Hubo también jóvenes que decidieron “disfrazarse” de banqueros y llegaron vestidos de traje y corbata. Cargaban una botella de champaña cerrada y un puro sin prender en la boca. Provocaban a “Los Revolucionarios” con frases como, “Los pobres son flojos y sólo buscan su beneficio”. En una de las provocaciones, los que iban con “Los Revolucionarios” los comenzaron a perseguir a toda velocidad.
Al otro lado del listón blanco, a unos centímetros de los automóviles, elementos de la Metropolitan Police acompañaron todo el tiempo a los participantes. Por aire, un par de helicópteros estuvieron vigilando la ciudad a lo largo del día.
Ya en Picadilly, alrededor de las 14:00 horas, se comenzaban a ver niños sentados en la acera con cara de aburrimiento y, a través de las ventanas de algunos comercios, se asomaban unos cuantos manifestantes que habían decidido tomarse un descanso antes de continuar.
Esta primera manifestación fue pacífica y concluyó con un par de discursos en la esquina de los oradores de Hyde Park, donde desde 1872 está permitido quejarse de los políticos y de la monarquía británica sin consecuencias legales, y un concierto de The Kooks.
El miércoles inician otra serie de manifestaciones y las autoridades londinenses están advertidas sobre posibles actos de violencia. De acuerdo con medios locales, desplegarán más de 3 mil elementos de seguridad.
Los trabajadores de las zonas financieras de Canary Wharf y la City de Londres han recibido comunicados internos en los que les advierten sobre las protestas y les han sugerido cambiar su vestimenta por una informal mientras dure la reunión del G20.
jueves, 26 de marzo de 2009
La crisis de cerca
De acuerdo con cifras oficiales, el desempleo en el Reino Unido superó las 2 millones de personas. Esta tasa de desempleo es la más alta desde 1997.
He aquí dos ejemplos de lo que viven millones en estos días.
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El ex reclutador financiero
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Londres, Reino Unido - Vestido con una chamarra verde obscuro con los codos descocidos y el cierre roto, y unos pantalones de mezclilla con parches en las rodillas y con rastros de tierra, Thomas de 34 años presume que hasta hace unos meses su ingreso le daba para pagarse la renta de un departamento cerca de Canary Wharf, la nueva zona financiera de Londres, y cenas en restaurantes de lujo. Lo cuenta después de haber cenado una sopa minestrone con tocino y un pudín de pan en una iglesia metodista que da comidas gratis a los desempleados y a los sin techo del oeste de Londres.
Perdió el empleo hace 6 meses. Llevaba 2 años trabajando como reclutador externo para el sector financiero. Sin ninguna advertencia previa, le pidieron que desocupara su escritorio y le entregaron un sobre con 3 mil libras de liquidación y una carta que explicaba los motivos de su despido.
Desde que la crisis comenzó a empeorar, las contrataciones en el sector financiero disminuyeron significativamente.
“Me daban un porcentaje de los sueldos que conseguíamos para nuestros clientes. Los sueldos que se ofrecían en el sector financiero a veces llegaban a cifras de millones de libras al año”, explica sentado en una silla desvencijada que tomó prestaba de la oficina del pastor de la iglesia.
Ahora duerme en un sofá que le acomodó su hermano en el garaje de su casa y si bien su cuñada le ofreció proveerlo de 3 comidas diarias mientras consiguiera emplearse de nuevo, sólo acepta un té negro con leche y azúcar por la mañana y sale a buscar empleo en el internet gratuito de la biblioteca pública que queda a media hora caminando. Distrae el estómago durante todo el día, se sienta a leer periódicos gratuitos en algún parque que se le cruce en el camino, y al llegar la noche se va a cenar a la iglesia metodista de Hammersmith.
“No me gusta venir a comer comida gratis y formarme en la misma fila con gente que lleva toda su vida durmiendo en las calles. Sé que ese no es mi destino y que pronto conseguiré un trabajo.
“No ha sido nada fácil, ¿sabes? Como mi sueldo base era muy bajo, mi liquidación fue de tan sólo 3 mil libras y la renta que pagábamos era de casi mil libras al mes. Hasta las personas más cercanas, como mi novia, se alejaron de mí y ahora mis mejores amigos están aquí, porque entienden por lo que paso y no me critican”, dice con tono serio.
La mayoría de los comensales del comedor comunitario son hombres mayores y traen bolsas de plástico vacías que llenan de pedazos de pan y de frutas. Del bolsillo derecho de la chamarra verde de Thomas asoma un plátano.
Cuenta que ha aplicado a por lo menos 30 puestos de trabajo desde que está desempleado, pero lo han llamado únicamente para un par de entrevistas. Está desesperado y evita el contacto con antiguos compañeros de trabajo, que de vez en cuando le escriben a su correo gratuito para saber cómo va con la búsqueda.
“No quiero decirles que llevo 6 meses buscando empleo sin éxito alguno”, explica mientras baja la mirada. Se niega a dar su nombre completo y no le ha dicho a nadie cómo es que vuelve sin hambre por las noches a dormir.
Admite que ha comenzado a aplicar a trabajos que no tienen nada que ver con su experiencia como reclutador. Oficios como profesor de matemáticas, mesero y carpintero figuran en la sección de intereses de su curriculum.
Con tal de poder dormir en una cama y poder comer las tres comidas diarias, está dispuesto a empezar desde cero.
“Estoy seguro de que esta crisis es pasajera y que muy pronto podré volver a tener un trabajo estable”, comenta mientras se levanta de la silla y se retira. Pide que no lo contactemos de nuevo. Es un episodio de su vida que no quiere volver a hablar con desconocidos.
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El ex obrero
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Port Talbot, Reino Unido - Geraint relata a diario las peripecias de conseguir un empleo en época de crisis a través de su blog, http://ivebeencreditcrunched.blogspot.com/ .
Al día siguiente de haber sido despedido de su empleo más reciente, decidió iniciar su blog para ocuparse en algo más que cuidar a su hijo de 3 años, limpiar la casa y alimentar a los dos gatos y a los dos peces.
“He trabajado por 16 años con pocas interrupciones, a excepción de cuando me despidieron de Sony hace 3 años. En ese entonces decidí tomarme 6 meses para ayudar a mi esposa en sus últimos meses de embarazo, lo cuál fue maravilloso, pero tuve que volver a trabajar porque se nos terminaba el dinero.
“Conseguí un puesto en Bosch haciendo alternadores, el cuál era un trabajo aburrido, pero el sueldo era bueno, así que pensé que las cosas iban por buen camino. Sin embargo, los mercados globales comenzaron a desacelerarse y pensé que el futuro en Bosch no era seguro, así que me cambié a una empresa llamada Pure Water”, cuenta en el post del 3 de diciembre del 2008.
El día que renunció a Bosch, anunciaron recortes en la producción y creyó que se había salvado de quedar en la fila de los desempleados. Sin embargo, dos meses después, Pure Water despidió a todo el personal que estaba en entrenamiento, como Geraint.
Ahora su esposa Samantha trabaja medio tiempo como mesera en una cafetería de un amigo, pues el seguro de desempleo del Estado no le alcanza para seguir pagando ni la hipoteca, ni la pantalla plana de plasma, ni el reproductor de DVDs, ni el auto, ni ninguno de los lujos que se daban cuando ganaba el doble que sus compañero de la planta por aceptar turnos de 23:00 a 7:00.
La cena de navidad la pagaron los padres de Samantha y desde que perdió su empleo, los visitaban para revisar qué les faltaba en el refrigerador y volvían media hora después con la despensa.
La tercera semana de enero, desocuparon la casa que está hipotecada y se mudaron con los padres de Samantha. Mientras Geraint consigue un nuevo empleo, destinan íntegro el apoyo del gobierno de menos de 300 libras al mes y el sueldo de Samantha para el pago de la hipoteca.
“Es una casa que no queremos perder. Ahorramos tanto para poder dar el primer pago y le hemos invertido tanto tiempo en los arreglos que nos dolería muchísimo tener que entregarla al banco.
“Cuando la compramos, la soñamos como la casa donde crecería mi hijo. Por eso acepté la oferta de dejarla por el momento e irnos con mis suegros. Lo que ahorramos en el pago de luz, agua y gas, lo destinamos al pago de la hipoteca”, explica con una sonrisa algo forzada sentado junto a su hijo que ve la televisión a todo volumen.
Geraint es famoso en Gales, donde estaciones locales como la BBC Wales lo ha entrevistado en unas 3 ocasiones. Su historia ha aparecido también en periódicos locales y en la televisión. Sin embargo, eso no le ha ayudado a conseguir empleo.
Su última entrevista de trabajo la tuvo el pasado 3 de marzo, pero competían con él otros 600 por un solo puesto.
“No estaba destinado para ese puesto”, dice en su blog.
No ha actualizado el blog desde el 9 de marzo de este año. La última vez que se ausentó por varias semanas, explicó que era porque ante tantos rechazos, se había desanimado, pero finalmente decidió volver a escribir. Han pasado ya más de dos semanas sin un nuevo post.